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El 11 de septiembre de 1967, en pleno apogeo del espíritu liberador de los años 60 en París, se escribió una nueva página en la historia de Dior.
“Miss Dior define y celebra el estilo de vida de una mujer activa y alegre que quiere ser elegante. Hay muchas mujeres como esta, y Christian Dior ha pensado en ellas”.*
En el número 11 bis de la Rue François Ier, la Maison acababa de presentar su primera línea prêt-à-porter, llamada Miss Dior. Era un concepto totalmente nuevo que perpetuaba la ambición del modisto fundador de vestir a todas las mujeres. La línea Miss Dior se confió a Philippe Guibourgé, asistente de Marc Bohan, que era el director creativo en aquella época, y se componía de diseños fáciles de combinar, frescos, juveniles y creativos. Abrigos cortos, vestidos rectos, pantalones cortos bordados y faldas plisadas se revelaron en numerosos colores, adornados con cuentas y lentejuelas, y desvelaron una nueva faceta del estilo Dior. Tras el lanzamiento en la Ciudad de la Luz, la colección se presentó en una treintena de puntos de venta en el extranjero para rendir homenaje a una feminidad plural y universal. Este nuevo capítulo seguía la visión de Christian Dior de una Maison fiel a su época.
El 11 de septiembre de 1967, en pleno apogeo del espíritu liberador de los años 60 en París, se escribió una nueva página en la historia de Dior.
“Miss Dior define y celebra el estilo de vida de una mujer activa y alegre que quiere ser elegante. Hay muchas mujeres como esta, y Christian Dior ha pensado en ellas”.*
En el número 11 bis de la Rue François Ier, la Maison acababa de presentar su primera línea prêt-à-porter, llamada Miss Dior. Era un concepto totalmente nuevo que perpetuaba la ambición del modisto fundador de vestir a todas las mujeres. La línea Miss Dior se confió a Philippe Guibourgé, asistente de Marc Bohan, que era el director creativo en aquella época, y se componía de diseños fáciles de combinar, frescos, juveniles y creativos. Abrigos cortos, vestidos rectos, pantalones cortos bordados y faldas plisadas se revelaron en numerosos colores, adornados con cuentas y lentejuelas, y desvelaron una nueva faceta del estilo Dior. Tras el lanzamiento en la Ciudad de la Luz, la colección se presentó en una treintena de puntos de venta en el extranjero para rendir homenaje a una feminidad plural y universal. Este nuevo capítulo seguía la visión de Christian Dior de una Maison fiel a su época.
