“La creación es un conjunto de mil cosas, son mil oficios reunidos alrededor del modisto”.
Christian Dior
Christian Dior escribió que estos artesanos y costureras “parecen capaces de descifrar un código imposible”, ya que conseguían interpretar mágicamente sus docenas de bocetos, los petites gravures (pequeños grabados) que les enviaba cada temporada, y convertirlos en creaciones arquitectónicas únicas. En el secretismo de los ateliers del 30 Avenue Montaigne, las abejas de Dior, divididas en los talleres flou y tailleur, podían dar forma a toda una colección en cuestión de semanas.
Cada gesto requiere un cuidado infinito, así como la presencia vital de dedales, destacada aquí por el fotógrafo Gérard Uféras.
Las lonas blancas, preciosas maquetas de cada boceto, dan lugar a los looks de alta costura. Una vez que la lona se ha presentado y aprobado sobre una modelo, se elige el tejido entre cientos de muestras que invaden el estudio. Como también escribió Monsieur Dior, “la alta costura es la unión entre el diseño y el material”. En 10 días, se establecen las líneas principales de las colecciones. Los ateliers, que albergan una artesanía excepcional y siguen funcionando de la misma manera hoy en día en el 30 Avenue Montaigne, ejemplifican esta alquimia entre la salvaguarda de las técnicas más preciadas y la innovación perpetua.