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Lindbergh defendía un enfoque naturalista en la fotografía, a menudo en contraste con los estereotipos habituales en las revistas.
“Hoy, la responsabilidad de los fotógrafos es liberar a las mujeres del terror a la juventud y la perfección”.
Su constante búsqueda de la “verdad” del sujeto, libre de artificios, era un tributo a su deseo de afirmar la identidad única de cada mujer. “La belleza no es cuestión de geometría, clasicismo o perfección”, afirmaba Lindbergh. “La belleza surge de la fuerza de carácter, una pregunta o una inquietud que aflora en una expresión, la experiencia reflejada en un rostro”.*
Las fotografías expuestas en esta sala también formaron parte de la sesión de Dior en Nueva York en 2018. El juego de contrastes entre blanco y negro, una técnica predilecta de Lindbergh, que la consideraba más “auténtica” que el color, intensifica la intimidad que emana de las paredes del estudio. Resaltó en esta serie a mujeres con rostros al natural, luciendo los vestidos de noche más exquisitos. “Mis fotografías muestran claramente las texturas: tejidos, superficies, piel, poros, imperfecciones”, explicó. Así, Peter Lindbergh lograba captar la fragilidad esencial del ser humano.
* Annick Cojean, entrevista con Peter Lindbergh, Le Monde, 18 de septiembre de 2010.
Lindbergh defendía un enfoque naturalista en la fotografía, a menudo en contraste con los estereotipos habituales en las revistas.
“Hoy, la responsabilidad de los fotógrafos es liberar a las mujeres del terror a la juventud y la perfección”.
Su constante búsqueda de la “verdad” del sujeto, libre de artificios, era un tributo a su deseo de afirmar la identidad única de cada mujer. “La belleza no es cuestión de geometría, clasicismo o perfección”, afirmaba Lindbergh. “La belleza surge de la fuerza de carácter, una pregunta o una inquietud que aflora en una expresión, la experiencia reflejada en un rostro”.*
Las fotografías expuestas en esta sala también formaron parte de la sesión de Dior en Nueva York en 2018. El juego de contrastes entre blanco y negro, una técnica predilecta de Lindbergh, que la consideraba más “auténtica” que el color, intensifica la intimidad que emana de las paredes del estudio. Resaltó en esta serie a mujeres con rostros al natural, luciendo los vestidos de noche más exquisitos. “Mis fotografías muestran claramente las texturas: tejidos, superficies, piel, poros, imperfecciones”, explicó. Así, Peter Lindbergh lograba captar la fragilidad esencial del ser humano.
* Annick Cojean, entrevista con Peter Lindbergh, Le Monde, 18 de septiembre de 2010.
