Para el desfile de alta costura Otoño-Invierno 2019, Maria Grazia Chiuri eligió la dirección histórica de la maison Dior por última vez antes de las obras de renovación. Esta colección situaba las ideas de arquitectura, arte y diseño en el centro de sus preocupaciones, aspecto que reflejaban especialmente el primer y el último look del desfile.
“Are clothes modern?” (“¿La ropa es moderna?”) Esta cita del arquitecto, diseñador y crítico austriaco Bernard Rudofsky, afincado en Estados Unidos, abrió el desfile cuestionando la idea de la arquitectura vernácula rica en savoir-faire tradicional.
La escenografía del desfile, encargada por Maria Grazia Chiuri a la artista británica Penny Slinger, era una oda a la arquitectura.
Penny Slinger también quería rendir homenaje al edificio icónico 30 Avenue Montaigne.
Esta escultura está basada en la arquitectura del hôtel particulier en el que Christian Dior decidió establecer su maison de alta costura en 1946.
“Sabía lo que quería, era la casa que había descrito a Marcel Boussac [...]. Muchos años antes de mi entrevista con él, me paré delante de dos pequeñas casas, una junto a la otra, en la avenue Montaigne: los números 28 y 30. Me acompañaba mi amigo Pierre Colle [...], que fue testigo de cómo alabé sus proporciones pulcras y compactas y el aire de sobria elegancia sin el mínimo indicio de ostentación”.
Esta “escultura de moda”, que cuestiona la forma y la función de la prenda, cerró el desfile y reunió las reflexiones de Bernard Rudofsky, Penny Slinger y Maria Grazia Chiuri sobre la visión conceptual de la alta costura como forma de arte.